Seneball echa raíces en Senegal

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La ONG tinerfeña desarrolla durante estos meses, a través de dos personas voluntarias, un proyecto solidario, educativo, deportivo y social en un colegio de Joal-Fadiouth, un pueblo de La Petit Côte senegalesa, impartiendo clases de iniciación al tenis y al español a un centenar de escolares con edades entre 12 y 14 años.

JUAN CARLOS GARCÍA (Joal-Fadiouth, Senegal)

(Texto completo y original, incluidas las fotografías, ampliando el reportaje publicado hoy, 2-junio-2019, en el periódico El Día).

-¡Kai, kai fi! (ven, ven aquí), requiere Adama a un compañero al salir de la clase de español.
-¿Lo begue? (qué quieres), pregunta Ibrahim, que se ha adelantado unos metros.
-¡Am! (toma),  contesta Adama, entregándole el cuaderno que él se ha dejado en el aula.
-¡Jërëjëf! (gracias), corresponde Ibrahim, agarrando la libreta con premura. Quiere llegar con rapidez a la cancha polideportiva donde va a comenzar la clase de tenis.

Pasan dos minutos de las cinco de la tarde. Adama e Ibrahim (14 y 12 años, respectivamente) hablan en “wolof”, la lengua nativa más hablada de Senegal. Son dos escolares del colegio de enseñanza media (CEM 3) de Joal-Fadiouth, un pueblo de La Petit Côte senegalesa, a unos cien kilómetros al sur de la capital del país, Dakar. El francés es la lengua oficial de Senegal y en la que se imparten las clases en los centros de enseñanza.

Adama e Ibrahim pertenecen a un grupo, cercano al centenar de alumnas y alumnos, que recibe clases extraescolares de español y de tenis desde el mes de febrero impartidas por Carmen Peña (graduada en Relaciones Internacionales) y Juan Carlos García (docente y periodista), dos personas voluntarias de la ONG tinerfeña Seneball que se encuentran desarrollando, a través del programa Becas África, del Cabildo de Tenerife, un proyecto solidario, educativo, deportivo y social para ofrecer formación integral a niñas y niños de Senegal utilizando el deporte y la educación como herramientas principales y que dio sus primeros pasos en 2016.

Durante 2016 y 2017 Seneball realizó diversos eventos para la recaudación de fondos que permitieron echar a andar el proyecto. Así, en junio de 2017 la ONG logró la financiación necesaria para construir, tras la firma de un convenio de colaboración con la ONG Arquitectos Sin Fronteras (ASF), una pista polideportiva anexa al colegio donde jóvenes del centro escolar y del barrio de Cáritas puedan jugar al tenis, al baloncesto y al fútbol sala. En 2018 se firma el convenio entre Seneball y el colegio CEM 3 para el uso de la pista polideportiva.

El colegio se encuentra en proceso de ampliación, con un número mayor de aulas que den cabida a una mayor parte de la población escolar creciente en el barrio de Cáritas, en constante expansión. El centro se levanta en la entrada al pueblo donde los baobabs, el árbol símbolo de Senegal, se adueñan de parte del paisaje.

La luz de la mañana entra por la ventana de una de las aulas del centro escolar. Los baobabs se adueñan del parte del paisaje de Joal-Fadiouth. (Foto: Juan Carlos García)

Cuando a mediados de febrero Carmen y Juan Carlos llegan a Joal-Fadiouth como personas voluntarias de Seneball, la pista polideportiva presenta tan solo una superficie de cemento sin marcas de delimitación para la práctica de algún deporte y la enseñanza del español se ciñe a los cursos superiores del centro.

La tarea a la que se enfrentan Carmen y Juan Carlos se antoja ambiciosa y motivadora. Las aulas muestran una situación precaria. Sin luz eléctrica y con pupitres y bancos deteriorados. Una pizarra ocupa todo el frente. Una esponja sirve de borrador usando un cubo de agua. En la pista polideportiva se coloca durante las clases una red de minitenis con la que las alumnas y los alumnos que se benefician de este  proyecto se inician en el posicionamiento y golpeo de la pelota.

Dos profesores de deporte del centro escolar, Moise Sambou y Bassirou Sane, acompañan a Carmen, en días alternativos, en las enseñanzas del tenis. Los dos grupos de escolares alternan también el aprendizaje del español. El profesor de español del CEM 3, Abdoulaye Diallo, que imparte la lengua de Cervantes a los cursos superiores, asiste de forma esporádica a las clases de Juan Carlos.

La estación seca, de noviembre a mayo, no da tregua ni a la impartición de las clases ni a la vida diaria en esta barrera de arena entre el océano Atlántico y una extensa zona de manglar, lugar donde se asienta este pueblo de unos 40.000 habitantes y ejemplo de convivencia entre la comunidad musulmana, mayoritaria, y la cristiana.

La temperatura durante los meses de marzo y abril supera en ocasiones los 40 grados. La arena cubre todas las áreas de Joal. Las restricciones de agua se convierten en habituales. Durante semanas se echa mano de bidones de veinte litros para ir a recoger el agua de uso doméstico del pozo más cercano de donde se surte gran parte del vecindario. Los cortes de la corriente eléctrica también se producen con asiduidad.

Dos alumnas golpean la bola bajo la atenta mirada de la profesora de tenis, la voluntaria Carmen Peña. (Foto: Juan Carlos García)
El voluntario Juan Carlos García, durante la impartición de la clase de español al grupo de escolares del CEM 3. (Foto: Seneball)

A medida que transcurren las semanas, los trabajos en la pista polideportiva se acrecientan para que sea efectiva la práctica tanto del tenis como del baloncesto y del fútbol sala. Estudiantes y profesores se han familiarizado con la sujeción de la raqueta y con diferentes golpeos de la pelota. La medición y pintado de las líneas que delimitan las canchas de las tres modalidades deportivas van dando forma a una verdadera cancha polideportiva.

Las frases básicas en el aprendizaje del español se van sedimentando en la memoria y en la práctica de ese alumnado que toma estas clases como necesarias para su ampliación en el conocimiento de idiomas. Antes y después de cada clase de español son cada vez más quienes saludan y se despiden del profesor voluntario con alguna frase en español.

El trabajo que se efectúa fuera del centro escolar, imprescindible para el desarrollo del proyecto y materializado en múltiples gestiones tanto laborales como domésticas, cuenta desde el inicio con la colaboración inestimable de Moussa Niang, joven senegalés residente en Joal. Con un perfecto español, Moussa se desenvuelve con prestancia en la agilización de las gestiones. Conocedor de los entresijos de la actividad diaria en Joal, sus contactos se tornan primordiales en el devenir del proyecto.



“Los estudiantes que se benefician del proyecto han progresado en los estudios, se han vuelto más atentos en clase y muestran más interés”, señala Abdoulaye Diallo, director del centro.

El director del CEM 3, Abdoulaye Diallo, del mismo nombre que el profesor de español, expresa tanto su satisfacción como la del profesorado por la puesta en marcha del proyecto de Seneball. “Los estudiantes que se benefician del proyecto muestran un comportamiento diferente al resto. Han progresado en los estudios, se han vuelto más atentos en clase y muestran más interés y son más activos”, señala Diallo.

Respecto a la frecuencia semanal con la que se imparten las clases de tenis y las de español, el director del centro indica que “los profesores de deportes desean que aumenten las horas de clase de tenis y que el proyecto se extienda a otros cursos del colegio”.

Conforme el mes de abril avanzaba y miles de aves cruzaban en bandadas delante de un sol poniente en dirección a la vegetación del vasto manglar, el grupo de estudiantes golpeaba la pelota de tenis sobre una superficie ya delimitada para este deporte. El marcaje de la cancha de baloncesto seguía su ritmo y la llegada de las canastas desde Dakar dotaban a la pista polideportiva de mayor prestancia. Se realizaban también las primeras mediciones de las líneas que delimitan el terreno de juego de fútbol sala.

La voluntaria Carmen Peña observa el golpeo de la bola de tenis del grupo de alumnos en la pista polideportiva realizada por Seneball. (Foto: Juan Carlos García)
Uno de los grupos de estudiantes posa durante una de las clases de iniciación a la lengua española. (Foto: Juan Carlos García)

Desde la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (APE, por sus siglas en francés) del CEM 3, su vicesecretaria general, Mame Ndew, subraya que “los alumnos saben lo importante que resulta este primer aprendizaje de la lengua española, ya que acudirán con más posibilidades en los cursos superiores que aquellos alumnos que no hayan participado en este proyecto”.

Mame Ndew afirma que “aunque el tenis es nuevo en nuestra región, los alumnos seleccionados lo aprenden con mucha motivación y seriedad”. Remarca que se tiene en cuenta el aspecto pedagógico. “Como resultado, los niños seleccionados se han vuelto más tolerantes, más responsables, más comprometidos. Muestran más respeto, más honestidad y con más perseverancia que los estudiantes que no siguen las clases de tenis”.

La vicesecretaria general de la APE concluye que “si realmente queremos alcanzar nuestras metas con un porcentaje satisfactorio, el aprendizaje del tenis, del baloncesto y de la lengua española debería impartirse todo el tiempo, incluso de vacaciones, para aquellos estudiantes que no van de vacaciones”.

“Si realmente queremos alcanzar nuestras metas con un porcentaje satisfactorio, el tenis y el español deberían impartirse todo el tiempo, incluso de vacaciones, para estudiantes que no van de vacaciones”, subraya Mame Ndew, vicesecretaria general de la APE del colegio CEM 3.

Hace unos días se dio un paso más en la consecución de los objetivos marcados por Seneball. El alumnado estrenó red reglamentaria en la clase de tenis. Este grupo de estudiantes pudieron percibir esa sensación que produce pelotear por primera vez frente a una red de tenis oficial. La colocación y el aprendizaje con la red marcan un salto de calidad en el despliegue paciente de este proyecto de Seneball.

Las personas que conforman Seneball, un equipo multidisciplinar con experiencia en el mundo del tenis y la cooperación internacional, procedieron a la siembra del proyecto durante los tres últimos años. Las personas voluntarias que trabajan sobre el terreno durante estos meses, Carmen y Juan Carlos, se encargan del abono necesario para que eche raíces. Tanto desde la ONG, como desde el profesorado del centro escolar donde se desarrolla el proyecto y las familias, como desde el mismo grupo de escolares que se beneficia del proyecto atesoran la esperanza de que la cosecha se presente productiva y generosa.

Pasan cinco minutos de las seis de la tarde. Este mes de mayo la comunidad musulmana celebra el ramadan, mayoritaria en Joal y en Senegal. Desde el desayuno, antes de la salida del sol, la mayoría de escolares, de fe musulmana, no han comido ni bebido nada. Sin embargo, en la pista de tenis se han ejercitado sin muestras de cansancio. Moise, uno de los profesores de deporte les avisa en “wolof” que ya es la hora de terminar.

-¡Ñuden, ñuden! (vamos, vamos). ¡Dakk, dakk! (terminar).
Estudiantes, Moise y Carmen recogen las raquetas, las pelotas y la red. A un alumno se le oye exclamar: ¡Dama mar! (tengo sed).
El grupo de escolares se despide del profesor y de Carmen.
-¡Mangui dem! (me voy), dice Ibrahim.
-¡Ba suba! (hasta mañana), asiente Adama.

Estudiantes del CEM 3 de Joal-Fadiouth, en el patio del colegio, durante la celebración de actividades por el Día Internacional de la Mujer. (Foto: Juan Carlos García)

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